Está claro que cuando hacemos ejercicio terminamos sudando y quitándonos toda la ropa que podemos por el calor. Y al finalizar una sesión de ejercicios hay dos tipos de personas: las que se mantienen desabrigadas y las que se abrigan.
Si bien cada cuerpo es diferente, los expertos coinciden en que no deberías ir quitándote prendas durante el proceso de entrenamiento, porque le das diferentes cambios de temperatura a tu cuerpo. Y todo en muy poco tiempo, según constata Business Insider.
O sea, mejor quedarte con toda la ropa, o empezar la sesión con prendas ligeras.
Y se entiende el querer quitarse prendas, ya que al entrenar, tu flujo sanguíneo aumenta, por lo que la temperatura de tu cuerpo también sube. Además se suma la sudoración que es un termorregulador, pero que al terminar el ejercicio, se enfría.
¿Qué es más recomendable?
Pues mejor aguantar los primeros minutos con menos ropa. En poco tiempo estarás sofocado y tener más ropa puede hacer que te deshidrates.
Por eso el mito de que ‘la grasa se elimina por el sudor’ no tiene sentido. El tejido adiposo o las grasas no se pueden eliminar por sudar, aunque sea por consecuencia de hacer ejercicio. Lo único para que ayuda el sudor es para eliminar líquidos de manera más rápida, al momento de ejercitarte.
Si piensas que el sudor te hará eliminar la grasa, eso solo hará que se deshidrates. Y la base para un buen desempeñó deportivo es estar bien hidratado.
¿Debo abrigarme después del ejercicio?
Lo que sí debes hacer es abrigarte al terminar de hacer ejercicio. Es que tu temperatura corporal empezará a bajar y necesitarás volver a coger calor. Así evitarás cambios bruscos de temperatura, los que mencionamos no eran recomendables.
Puede que no sea lo primero que quieras hacer al terminar de hacer deporte, especialmente si hiciste cardio o ejercicios de fuerza intensos. Puedes pensar que una ducha caliente ya soluciona el tema, pero abrigarte es igual de importante.
Tras someter a tu cuerpo a un esfuerzo, puede que tus defensas estén trabajando y estar desabrigado puede provocar un resfriado al estar más expuesto, especialmente en otoño o invierno.