Dental Slim Diet Control. Así se llama el dispositivo dental que investigadores de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, desarrollaron para facilitar la pérdida de peso.
Tras la publicación del artículo, con los primeros hallazgos obtenidos en un estudio para analizar su tolerabilidad, se despertó una polémica por el dispositivo dental, al punto de considerarlo, un método de tortura.
Pero ¿qué es Dental Slim Diet Control?
Se trata de un aparato dental intraoral que se coloca en los primeros dientes molares superiores e inferiores. Consta de bandas metálicas de acero inoxidable, imanes, cemento de ortodoncia a base de ionómero de vidrio y pernos.
El dispositivo permite al usuario abrir la boca sólo unos 2 milímetros, restringiéndolo a una dieta líquida, pero permitiéndole hablar y respirar libremente, y se puede quitar en caso de emergencia.
En el estudio, publicado recientemente en la revista British Dental Journal, participaron siete voluntarios con obesidad residentes en la ciudad neozelandesa de Dunedin, quienes en dos semanas perdieron en promedio 6.36 kilos.
El autor principal del trabajo científico, Paul Brunton, asegura que el dispositivo dental será una herramienta eficaz, segura y asequible para las personas que luchan contra la obesidad.
Críticas al dispositivo
La polémica por el dispositivo dental no se hizo esperar, muchos de los usuarios de redes sociales apuntaron a la iniciativa como negativa. Incluso comparándola con algunos aparatos de tortura.
Al respecto, «La Rebelión del Cuerpo» iniciativa que nació en 2017, liderada por Nerea de Ugarte López, escribió en su Instagram la siguiente reflexión.
«No, no se trata de una película de torturas. Ni de la serie The Handmaid’s Tale, esto es tan real, como tremendamente violento y brutal» comenzó escribiendo.
«Esto es INACEPTABLE, humillante e inhumano. Resulta que las personas gordas además de tener que soportar la gordofobia que deben enfrentar a diario, ahora van a tener que someterse a este aparato para adelgazar lo más rápido posible. Porque cuando se trata de cumplir con la apariencia “ideal” no importa nada más, todo lo vale» añadió.
A lo anterior, agregó que «Repudiamos tanto este, como cualquier “tratamiento” que superponga el adelgazar, o el llegar a la “figura perfecta” ante la salud y dignidad de las personas».
A las críticas de esta organización se sumó la de Antonia Larraín, activista del body positive, quién catalogó al dispositivo como una «brutalidad medieval».