El Alzheimer es una enfermedad mental y un tipo de demencia, que se produce porque existe un deterioro progresivo de células cerebrales. Es así como se dañan muchas de las funciones cognitivas de las personas que lo padecen.
Si bien los primeros síntomas comienzan a presentarse de manera lenta, estos empeoran con el tiempo impactando incluso en las actividades cotidianas de las personas.
Tal como nos explica la neuróloga Francisca Albert, Director Médico de Centros Médicos y Jefe Técnico Neurología de IntegraMédica, «es una patología en la que se presenta pérdida del juicio y de la capacidad de realizar actividades que antes eran fáciles, provocando falta de independencia».
Asimismo, «los estudios indican que en Chile el 12,6% de los adultos mayores a 65 la padecen, llegando a un 30% en personas sobre 80 años. Sin duda, con el envejecimiento progresivo de la población el número de pacientes afectados por esta condición irá aumentando progresivamente».
¿Cuáles son las señales del Alzheimer?
De acuerdo a Francisca Albert, «los signos de alerta varían de paciente a paciente, pero hay que reaccionar cuando se muestre una pérdida del nivel de funcionamiento con respecto al que había antes».
Algunos signos son pérdida de memoria, problemas del lenguaje y tendencia a perder fuera de la casa.
La organización internacional del Alzheimer también comenta las siguientes señales:
Pérdida de información recién aprendida, de eventos o fechas importantes.
Problemas para hacer tareas cotidianas.
Olvidar dónde están y cómo llegaron a ese lugar.
Repetición de ideas, problemas para encontrar las palabras correctas o llamar a las cosas por un nombre incorrecto.
¿Se puede evitar el Alzheimer?
Esta condición mental no es hereditaria, pero si hay varios factores de riesgo asociados. Algunos son la edad, la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, abuso de alcohol, obesidad, apnea de sueño y depresión.
Tener una alimentación nutritiva y saludable también es un aporte para la prevención de la enfermedad. En un estudio realizado por el Centro Internacional de Biomedicina, logró demostrar el efecto positivo que tienen algunas de ellas sobre desórdenes cognitivos como la apatía y trastornos neuropsiquiátricos, asociados al comienzo del Alzheimer. Y no sólo eso, sino que, además, se descubrió que evitan el desarrollo de estas patologías».
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