
En el amplio mundo de las frutas y verduras, hay un color que debe ser el favorito de tus preparaciones: el verde. Estos vegetales son la clave para llevar una alimentación saludable y balanceada, por lo que deberíamos incluirlos a diario en nuestras comidas.
El problema es que la mayoría de las personas optamos por comer verduras verdes como un plato de acompañamiento pequeño, cuando en realidad debería ser el verdadero protagonista.
¿Por qué son tan importantes las verduras verdes?
Lo primero es saber cuáles son esos vegetales verdes que nos traen tantos beneficios, porque no todos califican por su color. Entre ellos están: espinacas, acelga, berros, kale, rúcula, repollo, coles de Bruselas.
Su color verde intenso muestra que contienen un alto contenido en Vitamina A, C y K, como también como hierro, cobre, calcio y magnesio, minerales importantes para prevenir la anemia, osteopenia y para ayudar a las mujeres embarazadas.
Además contienen antioxidantes y fibras, dejando una sensación de saciedad por mucho más tiempo.


Según el Instituto Nacional del Cáncer, el consumo de vitamina A ayuda a disminuir el riesgo de cáncer por la regulación del crecimiento celular y la función inmunológica, por lo que siempre debemos preocuparnos de realizar un consumo adecuado de esta.
Otros estudios han demostrado que los compuestos de las verduras de hojas verdes pueden tener propiedades antiinflamatorias, lo que tiene múltiples beneficios para la salud. Esto porque según la revista ESPM, el 50% de todas las muertes son atribuibles a enfermedades relacionadas a la inflamación como el hígado graso no alcohólico, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedad renal crónica, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades autoinmunes o neurodegenerativas.
¿Por qué sirven para bajar de peso?
Entre sus propiedades, se encuentra un alto nivel de fibra y pocas calorías, por lo que permite que se pueda consumir en altas porciones sin generar problemas.
El aporte en fibra también ayuda a reducir la retención de líquidos, combatir el estreñimiento, facilitar el proceso de la digestión, desinflamar el estómago, regulando así el peso.
¿Cómo consumirlas?
Las verduras verdes se pueden consumir en invierno y verano, ya sea mezclándola en batidos con el vegetal congelado o en estado puro. Otra opción es como guarnición o como base de una ensalada.
El repollo lo puedes consumir crudo y aliñado con limón o vinagre, u optar por su versión fermentada como chucrut.
Si bien lo mejor es consumirlas en su estado puro, si optas por hacer ensaladas, la idea es jugar con los acompañamientos, toppings e inclusos aderezos con los que puedes aliñar y cambiar los sabores.

