En este segundo año de pandemia, el panorama de bienestar sigue siendo completo en nuestro país y así lo confirman los estudios. Según el informe «Un año del Covid-19», el 56% de los chilenos asegura que su salud mental se deterioró con el comienzo de la pandemia.
De hecho, una de las cosas que ha empeorado con el paso del tiempo es que las personas se sienten atrapadas en sus rutinas. Así nos explica, Juan Cristóbal Concha, psicólogo Magíster en psicología clínica, «Yo te diría que en parte estamos un poco más aislados que en la primera fase de la pandemia, porque en ese entonces todos queríamos surgir y ahora justamente eso ha llevado a la desmotivación y el desgano».
Así lo hemos visto con la disminución de celebraciones por videollamadas, que han pasado de ser un panorama que nos entregaba la oportunidad de ver a nuestros amigos o familiares, a ser algo poco agradable.
Este aburrimiento genera una sensación de estancamiento, sobre todo cuando varias ciudades y comunas continúan en Fase 1 o Fase 2, viéndose imposibilitados de salir y realizar su vida con mayor movilidad.
¿Cuál es la diferencia entre estar desmotivado y sentirse depresivo?
El psicólogo especialista en atención de pacientes LGBT+, nos explica que si bien la desmotivación es un síntoma de la depresión, una persona puede sentirse así sin necesariamente tener este problema de salud mental.
«La depresión es una enfermedad que interfiere en lo afectivo de una persona, mientras que la desmotivación es un síntoma de ella, más no una enfermedad. La depresión es tan potente como no poder levantarse de la cama, hay disminuciones del apetito, insomnio, etc», explica Juan Cristóbal Concha. Pero también hay otros signos preocupantes como pocas ganas de vivir o pérdida de placer en actividades que antes disfrutabas.
El problema es que la depresión limita a las personas, poniendo dificultades para superarlo. Esto porque para tratar este trastorno debemos sentir ganas de salir adelante, pero el principal síntoma a la vez es la desmotivación excesiva.
Una gran diferencia entre la depresión como enfermedad y una desmotivación por cansancio, es que a pesar de que «me siento sin ganas de hacer muchas cosas, aún así tengo un sentido de la vida. Me puede levantar de la cama, tengo ganas de ver a mi amigo…». En este caso, podemos hablar sobre un cuadro de estrés o ansiedad, asegura el profesional.
¿Cómo podemos retomar estas actividades placenteras?
El experto, Juan Cristóbal Concha, nos explica que hay actividades que varios profesionales recomiendan como bailar, hacer deporte, o meditar, pasatiempos que podemos hacer con o sin pandemia.
Por eso para él es clave que antes de obligarnos a activarnos, también seamos capaces de sentir nuestras emociones, de lo contrario, las personas sienten una obligación más de cumplir con todas estas actividades para mi salud mental.
«Tengo primero que permitirme estar mal, reconocer que estoy en una situación que es compleja, una situación que no veo a la gente que quiero o que no puedo salir a hacer lo que quiera (…) Mi mayor mensaje es que sigan haciendo esa actividad que todo el mundo recomienda, pero que se le suma el hecho de que a veces no tenemos que ser productivos».
El psicólogo clínico nos recomienda vivir la emoción y no intentar reprimirla, entendiendo que es parte de lo que vive el ser humano. Es así como lograremos disfrutar de estas actividades para procesar la emoción y no para esconderla.
¿Cuáles son los signos que nos alertan que necesitamos ayuda?
Juan Cristóbal nos advierte de ciertas señales como sentir que estoy sufriendo más de lo que estoy disfrutando la vida, que las actividades que antes me causaban placer y alegría ya no me motivan, sentir que dormimos, despertamos y vivimos pensando en trabajo o la pandemia.
Para las madres que están agotadas por la rutina entre la casa, el trabajo y sus hijos, también es necesario un espacio donde puedan hablar con un profesional sin sentirse juzgadas. Incluso aquellas parejas que han aumentado sus peleas y que se sienten estancados en la rutina.