Pocos días quedan para lo que supone ser una de las épocas más felices del año. Compartir en familia, recibir regalos y la cena navideña son algunos aspectos que generan expectación en vísperas de Navidad.
Sin embargo, para algunas personas no todo es fiesta y regalos. El estar lejos de seres queridos o haber sufrido algún acontecimiento traumático en estas fechas, podría traer emociones negativas similares a las de la depresión.
Según un estudio, alrededor de 65% de las personas pueden experimentar estrés, ansiedad o síntomas depresivos durante las festividades. Los expertos lo apodan como depresión blanca o blues de navidad.
Factores que te podrían llevar a tener depresión blanca
Según el sitio Lamenteesmaravillosa, dentro de las situaciones que podrían llevarte a experimentar la depresión blanca durante estas fechas, están:
- La pérdida de un ser querido, el duelo puede acentuarse en estas fechas y la ausencia de un ser querido en las fiestas se hace más difícil de ignorar.
- Los conflictos familiares, estar peleados con nuestros familiares podría generar emociones negativas.
- La presión de la época navideña, el tema de organizarse para la cena, comprar regalos, entre otras cosas, puede traer síntomas de estrés o ansiedad.
- La soledad, esto ya que la Navidad tiene carácter de social o familiar. Lo que puede hacer sentir tristes a quienes pasan solos estas fechas, en especial para quienes lo están por imposición, como las personas que están lejos de sus casas o adultos mayores.
Consejos de autocuidado para prevenir la depresión blanca
Raúl Sánchez, psiquiatra experto en trastornos del ánimo del Centro Clínico del Ánimo y la Ansiedad, nos entrega unos tips para cuidarte emocionalmente en la época de Navidad.
- Realizar preparaciones moderadas y realistas para las celebraciones familiares o con amigos.
- Hacer compras y regalos, adecuadas al presupuesto, sin necesidad de endeudarse a largo plazo.
- No celebrar “como si el mundo se fuese a acabar”. El consejo que da el especialista es no excederse con las fiestas y el alcohol, y recordar que la vida debe seguir funcionando con normalidad después de las festividades.
- Respetar lo que más que se pueda las horas de sueño. Contar con un espacio de descanso entre las celebraciones es fundamental para cuidar nuestra salud mental. Lo ideal es no amanecerse o cambiar los horarios. “Aprender a decir que no y proteger nuestro espacio de descanso es algo perfectamente válido”, concluye.
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