Ya van bajando las temperaturas, y con eso, van aumentando las capas de ropa que nos empezamos a poner para abrigarnos. Aunque también, no es desconocido que nuestra cama también se va engrosando entre sábana y sábana, los mecanismos perfectos para mantenernos calientitos.
Pero si hay un artefacto que los chilenos amamos más que a nuestro país en el 18, debe ser el calientacamas. Un artículo ideal para aumentar las temperaturas de tu espacio de descanso antes de acurrarte como Topogigio en su camita.
Sin embargo, hay una duda que nos ha surgido a todos más de alguna vez: ¿es seguro dormir con este artefacto? Y si lo es, ¿deberíamos mantenerlo prendido toda la noche? ¿O solo un ratito?
Aquí, te contamos toda la verdad.
¿Qué tan arriesgado es usar calientacamas?
Por si no lo sabías, la temperatura corporal es un elemento clave para lograr un sueño óptimo. De hecho, es recomendable que nuestro cuerpo vaya regulando su calor entre los 33 y los 37 grados si queremos dormir bien.
Ahora, debido a que el frío santiaguino se ha estado excediendo en los últimos días, a veces parecería que nuestras sábanas no van a bastar. Entonces, ¿a qué recurrimos? Al querido calientacamas.
Este artefacto te ofrece la posibilidad de una cama calientita con el apretar de un botón, y pareciera ser la solución a todos nuestros problemas. Sin embargo, ¿qué tan recomendable es realmente que durmamos con este mecanismo eléctrico?
Según la doctora Rocío Pedroche, médico cirujano de la Clínica Nefrológica Padre , los riesgos de este artefacto se deben a los cambios de temperatura abruptos que se producen y que por lo general no percibimos en un inicio.
«Las complicaciones se relacionan más con el cambio de temperatura que, de pronto, pasan desapercibidos por la persona que está durmiendo. Por ejemplo, con alguien que tenga el sueño profundo. La temperatura muy alta, si se deja prendido (el calientacamas) toda la noche, puede generar sofoco. Y dependiendo de si la persona es sana, puede generar otras complicaciones, como la vasodilatación«, explicó.
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Además, la profesional comenta que un uso excesivo del calientacamas podría provocar quemaduras. Un caso que, aunque parezca sorprendente, tiende a presentarse en las clínicas de nuestro país, especialmente debido a que los niños y adultos mayores tienen una percepción sensorial más distorsionada en relación al adulto común.
Incluso existen riesgos en cuanto a la electricidad que ocupa el objeto. Según la doctora, «puede haber un cortocircuito o alguna complicación relacionada a algo que pueda generar un incendio».
Así que ya lo sabes. La próxima vez que quieras dejar el calientacamas toda la noche, es recomendable que lo pienses dos veces. Sin embargo, un uso adecuado y limitado de este artefacto igual es una buena opción para este invierno.