¿Te imaginas que intentes llorar y no te salgan las lagrimas? Pues puede pasar. Una mujer brasileña comenzó a sentir sequedad en los ojos y en la boca durante el embarazo de su segundo hijo, además de picazón en el cuerpo, caída del cabello y fatiga.
Todo esto ocurrió en 2008 y Rafaela Santana Olivera Silva decidió concentrarse en el cuidado de su nuevo bebe y no buscó atención médica.
Sin embargo, fue años después que la mujer noto que los síntomas eran cada vez peor y necesitaba ayuda ya que no podía llorar ni mucho menos producir saliva.
Rafaela Santana, la mujer que no puede llorar porque no produce lagrimas
Esta brasileña estuvo ocho años buscando un diagnóstico ya que “no producía lágrimas ni saliva, entonces no podía llorar y para comer tenía que beber líquidos al mismo tiempo»
Rafaela acudió a decenas de citas con distintos especialistas: odontólogo, oftalmólogo, dermatólogo y hasta un neurólogo, pero ninguno llegó a un consenso. «Me diagnosticaron fibromialgia, pero sabía que no era solo eso, que tenía otra enfermedad. También me diagnosticaron lupus, pero los médicos se equivocaron«, recordó.
Incluso llegó a pensar que tenía problemas psiquiátricos, ya que muchas veces los profesionales le decían que «no era posible que tuviera tanto dolor» como decía. «Pensé que me estaba volviendo loca, que no era real sino psicológico», comenta, por lo que también buscó ayuda psicológica.
No fue hasta el 2019 que dieron con la enfermedad que sufría, pues un médico general planteó que tenía el síndrome de Sjögren, una enfermedad rara que causa sequedad en la piel, los ojos y la boca, además de afectar otros sistemas del cuerpo.
«Me derivaron al reumatólogo, quien me pidió una serie de exámenes. A los seis meses llegó el diagnóstico: tenía el síndrome de Sjögren. Nunca había oído hablar de él y no tenía idea de lo que era», explicó la brasileña.
Aunque conocer cuál era la enfermedad que padecía también le dio miedo, así que para entender más de su condición, comenzó a investigar y creó una página en Instagram donde habla de la patología y comparte su experiencia.
El síndrome de Sjögren no tiene cura. Es por esto que Rafaela usa sus redes sociales para que otras personas que puedan padecer de esta condición puedan sentirse apoyados.
«Es una nueva vida, porque los medicamentos provocan muchos efectos secundarios. Un día estás bien y al otro estás tan cansada que no puedes levantarte de la cama. Es una lucha diaria», afirma la brasileña.
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