Los influencers aparecieron, crecieron y rápidamente se han convertido en uno de los grandes objetivos de las marcas, quienes les dedican presupuestos de social media e invierten en campañas utilizándolos como plataforma para poder vender.
Todo esto, como dice su nombre, por la influencia que tienen los rostros que reinan en internet y las redes sociales. Además de tener miles de seguidores y llegar a un gran público, los influencers venden estándares que confunden al comprador. Nos referimos a que no siempre existe una necesidad de adquirir algo, si no que solo lo quiero porque una o un influencer lo tiene.
El poder de los influencers digitales
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación, han modificado el marketing de las empresas y se han acoplado con estos reyes de las redes sociales. Aparecieron los kidfluencers, los petinfluencers, los microinfluencers, etc.
¿Y por qué es tan efectiva la técnica de los influencers? Además de todas las ventajas, como la publicidad nativa, la mejora de reputación, el aumento de fidelización y conversión y la mejora del SEO, no hay nada más potente que asociar la marca en la mente del consumidor a través de alguien que admira o sigue.
Los consumidores perciben el contenido de los influencers digitales como más creíble y menos publicitario que la comunicación tradicional.
Las críticas que se han generado
Como no todo lo que brilla es oro, este negocio o manera de vender, a veces pasa por malas prácticas, como la publicidad engañosa, el incumplimiento de leyes o situaciones que rozan la legalidad y los que son directamente fraudulentos.
Por otra parte abunda la superficialidad y lo efímero, una comunidad de seguidores que sueñan con algún día tener aquella vestimenta, vivienda, u otra cosa que se muestran en las redes. Otros casos en donde glorifican actos sin tener un poco más de razonamiento.
Los más chicos de la casa son los más vulnerables a querer seguir tendencias de internet solo por ser parte de esa comunidad.
Finalmente no hay duda alguna que los influencers digitales son los reyes de la publicidad del siglo XXI, con un margen de crecimiento y desarrollo todavía exponencial, ya que muchas marcas han aumentado y seguirán aumentando su presupuesto en influencers marketing.
Te puede interesar: Britney Spears más feliz que nunca: volvió a Instagram