Luego de la llegada de la pandemia del coronavirus, la virtualidad se instaló con mayor fuerza en nuestra cotidianidad, profundizando el uso de aplicaciones como WhatsApp, el popular servicio de mensajería instantánea.
Con más de dos mil 500 millones de cuentas en todo el mundo, WhatsApp es una plataforma líder para la difusión e intercambio de mensajes. Tanto, que se convirtió en una herramienta de trabajo para millones de personas alrededor del globo.
No obstante, el uso excesivo y hasta inevitable de WhatsApp ha desarrollado inconvenientes entre sus usuarios. Varios de ellos son preocupación, angustia y hasta ansiedad cuando no le contestan los mensajes en WhatsApp de forma inmediata. Esto es así porque esa misma conectividad nos ha hecho sentir que podemos estar disponibles las 24 horas.
En esa situación, existen dos tipos de personas: las que se desesperan por el visto en WhatsApp y las que se desconectan del teléfono y no contestan. Eso puede traer graves inconvenientes de comunicación, ya que el primero puede pensar que el otro goza de un profundo desinterés.
La angustia por el visto en WhatsApp
Aunque este es un problema que lleva años, una investigación que realizó el Instituto de Salud Público de la India determinó que todo empeoró con la pandemia.
Según el estudio, los usuarios que pasan más tiempo conectados son menos felices. Además, identificaron que quienes revisan sus mensajes de forma constante desarrollan estrés a largo plazo.
Todo esto es peor para estas personas con el famoso «visto» en WhatsApp. Cuando no reciben la respuesta esperada, fuertes emociones se disparan, asociadas a sesgos cognitivos y errores del pensamiento. Así lo explica la red de psicólogos de Con Ciencia.
«Los sesgos de pensamiento son errores sistemáticos que cometemos todos en nuestros razonamientos, nuestra atención, la memoria, la percepción del mundo y la manera de dar sentido a lo que nos rodea. Por ejemplo, a la hora de empezar a sentirse mal porque una persona demora en responder o no lo hace, puede estar presente el sesgo llamado ‘generalización excesiva’. Éste consiste en sacar conclusiones a partir de una situación vivida«, indican.
«Según la manera de vincularnos con nosotros mismos es como vamos a recibir ese no mensaje. En base al nivel de amabilidad, de autocompasión que manejemos con nosotros mismos es lo que va a hacer que interpretemos o supongamos el porqué de la no respuesta y según lo que pensemos al respecto es cómo nos vamos a sentir», explica la psicóloga Mariana Kerestezachi.
La experta asocia esto a la llamada nomofobia. Este es el miedo a estar sin el celular por un tiempo determinado.
En esa línea, la psicóloga Noelia Trivisonno suma que «es tanta la información que podemos obtener del otro -su última hora de conexión, si está o no en línea, si hay algún cambio en su foto de perfil o en su estado, si leyó o no el mensaje- que potencia nuestro lado más controlador y despierta nuestras inseguridades».
Consejos para evitar tales emociones
- Equilibrar el uso de la tecnología en nuestro día a día. De hecho, hay aplicaciones que aplican las llamadas «dietas digitales», que miden cuánto tiempo llevas conectado. También, permiten fijar un límite de tiempo diario para que aprendas a regular esto.
- Si el visto de WhatsApp afecta tu autoestima o seguridad, es importante consultar con un profesional de la psicología.
- También, sirve desactivar las confirmaciones de lectura, el estado de conexión y la última hora. De esa manera, no podrás ver tal información de tus contactos.
- Reforzar la comunicación con la otra persona. Hay veces en las que no contestar a tiempo depende de muchos otros factores y no precisamente de un desinterés de su parte. Háblalo.
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