La serie Los Vigilantes ha logrado convertirse en una de las series más populares de Netflix de las últimas semanas. El drama que tiene siete capítulos y de protagonistas a Naomi Eatts y Bobby Cannavale, es liderado por el connotado director Ryan Murphy.
Según la plataforma de streaming, la serie se centra en la familia Brannock, quienes se mudan a la casa de sus sueños. Lamentablemente rápidamente este lugar se convertirá en un infierno, cuando un vigilante comience a observar cada paso que da la familia.
Con la tétrica historia, muchos de los seguidores de Los Vigilantes se han preguntado qué es real y que es ficción, para entender a qué punto llegó este caso.
https://youtu.be/Bd2Rnhk98ds
*De aquí en adelante la nota puede contener spoilers.
¿Qué es real y que no en la serie Los Vigilantes?
Nombres falsos
La familia Broaddus dio a conocer su caso en un reportaje emitido por la revista The Cut, donde por primera vez se describió lo que habían vivido. Pero cuando se enteraron que el canal Lifetime estaba preparando una serie, decidieron vender los derechos de su historia a Netflix.
Una de las condiciones que le pusieron a la plataforma de streaming, es que los nombres no podían ser iguales o similares a la familia real. Esto incluía que ni los personajes ni los actores se parecieran a los integrantes del clan, con el fin de resguardar su seguridad. De hecho, la pareja en realidad tiene tres hijos y no dos como aparece en la ficción.
La familia Broaddus no vivió en la casa
A diferencia de la vida real, los Brannock de Los Vigilantes de Netflix se mudan a la soñada casa de 657 Boulevard en el primer capítulo. En realidad cuando Derek Broaddus (el padre en la realidad) encontró la primera carta firmada por The Watcher, se encontraba solo en la nueva propiedad mientras su familia vivía en la antigua casa, porque aún no se mudaban ya que se encontraban en reformas.
Eran las 22:00 hrs cuando leyó la carta y lo siguiente que hizo fue apagar las luces del hogar y esperar que llegara la policía. Esto llevó a que la familia decidiera no vivir en 657 Boulevard.
El clan sí vivió en Westfield y el nombre de la propiedad sí es 657 Boulevard
A pesar de que Netflix buscó cuidar a la familia en la serie Los Vigilantes, Ryan Murphy si respetó el verdadero nombre del pueblo y la dirección: 657 Boulevard en Westfield.
Aunque en la vida real, la casa es mucho más pequeña que la que vemos en la serie.
¿Los vecinos realmente observan con sillas su casa?
Sí, en la serie podemos ver a Mitch y Mo que se sientan en su jardín a observar la casa, algo que sí pasó en la vida real. Así lo informó uno de los maestros que arregló la casa de la familia Broaddus, quien contó que «un día, estaba mirando por la ventana y vi a un hombre mayor sentado en una de las sillas. No estaba frente a su casa, estaba frente a los Broaddus».
No existían los animales
En la serie de Netflix, vemos como el hijo menor de la pareja tiene un hurón, quien sufre por su misteriosa muerte cuando es encontrado en el pasillo. Luego más adelante en los capítulos, nos muestra un perro muerto que hace mucho más real la amenaza de The Watcher.
El escritor del reportaje Reeves Wiedeman aseguró que «Los Broaddus no tenían un hurón, así que no había un hurón muerto ni un perro muerto. Este es uno de esos casos en los que tienes que traer una pequeña amenaza adicional a la pantalla. No hubo llamadas telefónicas, o ninguna llamada telefónica seria».
Los dueños anteriores sí recibieron cartas
A diferencia de la serie, donde se cuenta que los dueños anteriores recibieron al menos tres cartas del Vigilante, en realidad solo fue una.
Este escrito llegó a 657 Boulevard antes que se mudaran luego de vivir por 20 años en la casa. Pero en realidad, según el autor del reportaje, esta tenía un contenido más de agradecimiento a la familia por haber cuidado la propiedad. Por esto mismo, ellos tiraron la carta y no le dieron importancia.
¿Eran reales las cartas que salen en la serie?
Sí, totalmente. La producción de Los Vigilantes de Netflix decidió incorporar a la serie extractos reales de las cartas que recibió la familia Broaddus. Y sí, «la sangre joven» también se mencionaba en ellas.
¿Se encontró alguna vez al verdadero Vigilante?
Lamentablemente y a pesar de los esfuerzos de la familia, jamás se conoció al autor de las cartas. Hasta hoy es un caso sin resolver, y la familia real tuvo que vender su casa seis meses después de adquirirla. Aunque no fue sencillo, porque a los cinco años recién lograron deshacerse de ella, perdiendo 400 mil dólares en el proceso.
La investigación no continuó porque tal como se explica en el reportaje de The Cut, no había rastro ni huellas dactilares de El Vigilante que pudiera dar alguna pista.
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