Esta mañana se realizó un nuevo hecho histórico en el mundo: la coronación del rey Carlos III. Aquí en FMDOS te dejamos en detalle de lo que ocurrió.
- Carlos III y Camila llegan al palacio
Los reyes se dirigieron al jardín para recibir el Saludo Real de las fuerzas armadas y luego de unieron a los miembros de la familia real en el Palacio de Buckingham.
- Acompañados de 4.000 militares
Carlos III y Camila fueron acompañados por 4.000 militares uniformados de gala.
Pese a la lluvia que cae sobre Londres, miles de personas asistieron al desfile para ver a los nuevos reyes.
La procesión está dividida en ocho grupo conformado por los diversos países de la Commonwealth. El desfile partió desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio de Buckingham, con el Rey Carlos III y Camilla viajando en la dorada Carroza de Estado.
Además, el príncipe William, junto a Kate y sus tres hijos viajan en el primer carruaje detrás del nuevo rey.
Como dato, la carroza fue utilizada por primera vez en 1762 y pesa cuatro toneladas.
- Coronación Camila
Camila fue coronada por reina del Reino Unido minutos después que Carlos III. Primero fue ungida con aceite en la cabeza por el arzobispo de Canterbury, quien luego colocó la corona de la Reina María.
Camila no será llamada reina consorte, automáticamente es considerada como reina.
Coronación rey Carlos III
El monarca fue coronado en una solemne ceremonia celebrada en la Abadía de Westminster, en el corazón de Londres. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó en la cabeza de Carlos la corona de San Eduardo, del siglo XVII.
Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación “Dios salve al Rey”, y luego se dio paso a las trompetas.
Después sentado en la silla de roble de San Eduardo, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.
Se le entregó el orbe del soberano; el cetro con cruz y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca.
Tras esto se le colocó la corona de San Eduardo hecha de oro con detalles como rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios.
Ya por último el arzobispo de Canterbury le dijo al rey Carlos III: «Coronamos a un rey para servir. Jesucristo no fue ungido para ser servido, sino para servir. El peso de la tarea que se les ha dado hoy, majestades, solo es soportable por el espíritu de Dios», destacó.