Ya han pasado 40 años desde el 29 de julio de 1981, cuando el heredero al trono y su prometida se casaron en la catedral de San Pablo de Londres. La llamada boda del siglo contó con 2 mil 500 invitados, fue televisada por 74 países y la siguieron aproximadamente 750 millones de personas alrededor del mundo.
Lady Di y príncipe Carlos la boda real: Un cuento de hadas, no tan de hadas
Todo comenzó en el verano de 1980 cuando ambos se conocieron. Al año siguiente, en febrero, Carlos de Inglaterra, de 32 años, anunciaba su compromiso con Diana Spencer de tan solo 19 años. Para julio, mes de la boda, ya tendría 20 años.
La pareja solo se había visto 13 veces antes de su boda, así lo declaró la misma Lady Di. Nosotros creemos que es muy poco tiempo para conocerse, aún así la familia de Diana apoyaba con entusiasmo el matrimonio y como no, si ahora sería parte de la familia real.
Los dos reconocieron abiertamente tener serias dudas sobre la boda, por un lado estaba el personaje de Camila, una amiga cercana de Carlos, a quien él le regaló un brazalete días antes de la boda, Diana se entero de aquello causándole aún más inseguridad. Además Camilla Parker Bowles, fue invitada a la ceremonia religiosa, aunque no al almuerzo posterior. Luego de años fue secreto a voces la infidelidad del príncipe y en 2005 contrajo matrimonio con Camila.
Por otra parte, un joven Carlos también confesó a sus amigos que estaba confundido y muy preocupado. Según una carta que envió a uno de sus más cercano, Carlos quería hacer: “lo mejor para el país y para mi familia”, aunque sabía en el fondo “que estaba cometiendo un grave error”.
Luego de la boda del siglo, los novios tuvieron su luna de miel en el Castillo de Balmoral, la finca escocesa de Isabel II en cercanías del río Dee.
Un año exacto pasó para que naciera el primer hijo de la pareja, Guillermo Arturo Felipe Luis. Su segundo hijo, Enrique Carlos Alberto David, llegó al mundo en septiembre de 1984.
La princesa del pueblo
Rápidamente Lady Di comenzó a participar en los compromisos oficiales, en los que ella brillaba por sí sola. El público y las cámaras se dirigían siempre a ella, más que a su esposo, el supuesto protagonista por ser el heredero al trono.
Quiebre definitivo
A principios de los noventa el distanciamiento entre los príncipes de Gales fue cada vez más evidente.
Según contó Diana en alguna ocasión, desde su segundo hijo no volvió a mantener relaciones sexuales con su esposo y explicó también que la llegada de Enrique, fue una decepción para el príncipe Carlos, que quería tener una hija.
En 1992, los príncipes anunciaron su separación. El palacio de Buckingham la hizo pública el 8 de diciembre con mucho cuidado, ya que el escandalo en la prensa, golpearía a la familia real. Diana permaneció en el palacio de Kensington y Carlos se trasladó a Clarence House, la que 30 años después sigue siendo su residencia en Londres.
Parece que casarse con un príncipe no es tan lindo como dicen las películas. ¿Crees que la boda de Lady Di y el príncipe Carlos fue un desastre?