¿Recuerdas cuando dormías hasta la hora de comer? Pareciera que cada vez que pasan los años se duerme menos, no como antes cuando se era adolescente o veinteñero. Y precisamente aquello no es sólo una impresión, pues es parte de la evolución del ciclo vital y del envejecimiento del organismo. Tal cual, mientras más viejo se duerme menos y peor.
Según la doctora en Psicobiología de la Universidad de Barcelona, España, Ana Adan, este fenómeno no debería significar una mayor preocupación, al explicar que el sueño va cambiando a lo largo de nuestras vidas.
Esta postura se ejemplifica así: durante las primeras semanas de vida se duerme 16 o 17 horas diarias, pero no más de cuatro o cinco seguidas.
Lo que según Adan, a partir de los 4 meses y a medida que el sistema nervioso madura, el sueño pasa a ser monofásico y nocturno. Es decir, se duerme principalmente de noche y de un tirón.
Mientras que cuando se es adolescente, se requieren más horas de sueño que cuando se es adulto. Eso sí, detalla la profesional, sucede un desfase, al hacerse más vespertinos. Es decir, el sueño entra más tarde.
Esto explicaría que los adolescentes tienen problemas para dormirse antes de las 11 de la noche y para despertarse antes de las ocho de la mañana o andar con sueño durante las primeras horas. Por lo mismo algunos institutos estadounidenses están apostando por retrasar la hora de ingreso a clases. Ello generaría mejores resultados académicos.
Siguiendo la línea del tiempo en cuanto a sueño, al dejar la adolescencia y la juventud éste cambia otra vez más. Se duerme menos y el sueño parte más temprano, hecho que deben conocer muchos treintañeros cuando llega el viernes por la noche y ya no puede estar de fiesta como antes.
La doctora Adan suma a lo anterior que en aquella etapa se necesitan menos horas de sueño, lo que provoca que las personas se levanten antes. Claro que el cambio más notorio, según explica «The New York Times», es despertar a menudo durante la noche.
Los datos son contundentes, pues de jóvenes se duerme el 95% de la noche, al conciliar el sueño y dormir hasta el día siguiente. Sin embargo, al llegar a los 60 años el porcentaje baja al 85%.
Al respecto la especialista española sostuvo que a medida que pasan los años, y sobre todo cuando se es mayor, las etapas del sueño son más ligeras y, por lo mismo, molestan más los ruidos o las luces, lo que explica el no poder conciliar nuevamente el sueño.
Fuente: El País