Una de las opciones más novedosas para encontrar nuestro equilibrio emocional y físico: es el Water Yoga.
Una técnica que nos hace coordinar nuestros movimientos de forma natural, así como fortalecer y relajar la musculatura con ejercicios que fusionan la meditación y el relax.
«Se trata de una disciplina que busca el control interno y externo del cuerpo y de la mente a través de la meditación, la flexibilidad, la concentración y por sobre todo, la relajación, indica Chris La Valle, profesora y una de las creadoras y precursoras del sistema Water Yoga.
El equipo del centro Yogate explica que «el yoga en el agua invita al movimiento aprovechando la resistencia y la flotación del cuerpo, la temperatura y sobre todo la contención que el agua misma da. Esta es la gran diferencia entre realizar las asanas en tierra y en el agua».
Y agregan que: «el yoga nos ayuda a percibir el agua de otra forma, nos hipersensibiliza, recibiendo el exterior desde otro lugar, desde el cuerpo entero, lo emocional, el placer, el juego con el compañero de clase, la distensión y fundamentalmente la relajación».
¿Cómo es una clase?
Al igual que una clase de yoga tradicional, se realizan ejercicios de precalentamiento y técnicas de respiración. También se utilizan secuencias de asanas (posturas) adaptadas al medio acuático y, en algunos casos, se agregan elementos para utilizar en una piscina.
La clase finaliza con los ejercicios de relajación y también se medita.
¡Realiza yoga!
Sabemos que el yoga sirve como medio para disfrutar del cuerpo y aprender a cambiar el estado de ánimo de forma natural y segura.
También trabaja sobre los dos hemisferios cerebrales con las posturas, favorece el funcionamiento de las glándulas endocrinas masajeándolas y estimulándolas, y logra como resultado mayor seguridad en uno mismo y equilibrio emocional para despertar la energía vital. En síntesis: abarca el cuerpo, la mente y el espíritu.