Esta historia, demuestra que el amor puede atravesar cualquier barrera. Un hombre recorrió en bicicleta de su país natal, India hasta Europa, donde vivía su enamorada.
PK Mahanandia, era un artista que pintaba retratos en el distrito de Connaught Place, India. El hombre había alcanzado algo de popularidad por su trabajo e incluso salió en diarios locales.
Charlotte Von Schedvin, se encontraba en India y supo de la existencia del artista, lo buscó y le pidió un retrato para llevárselo a su natal Suecia.
El primer dibujo no quedó como ella hubiese querido, por tanto advirtió que al día siguiente iría por otro que fuese mejor que el primero. Cumplió su promesa y cuando llegó, Mahanandia le contó porqué falló en su primer intento… estaba nervioso porque frente a sus ojos, se encontraba la mujer que su madre le dijo que llegaría algún día.
El recordó que cuando pequeño, su progenitora le dijo que se casaría con una mujer dueña de una selva y de signo Tauro. El le hizo un par de preguntas, y ella calzaba perfectamente con lo que su madre le había dicho.
«Una voz interna me dijo que ella era la indicada. Durante nuestro primer encuentro, nos atrajimos como imanes. Fue amor a primera vista«, dijo Mahanandia a BBC.
Mahanandia la invitó a tomar té, y ella aceptó. Viajaron juntos y el amor floreció entre ellos. Se casaron por las leyes indias, pero ella debía seguir su travesía y prometieron reunirse en Suecia.
Un año estuvieron comunicándose por carta, ya que Mahanandia no tenía dinero para tomar un vuelo.
Entonces, decidió vender todas sus cosas para comprar una bicicleta. Así emprendió rumbo para encontrarse con su amada.
El viaje comenzó el 22 de enero de 1977. Cada día recorría 70 kilómetros, y se mantenía haciendo retratos en el camino y con donaciones de personas que le daban alojamiento y comida.
Mahanandia finalmente llegó a Europa el 28 de mayo, y a pesar de las diferencias entre culturas y costumbres, se casaron.
Hoy él tiene 64 años, sigue junto a su enamorada, y vive en suecia junto a sus dos hijos.
Cuando él recuerda su hazaña, no entiende «por qué la gente cree que fue tan impresionante». Dice que «Hice lo que tenía que hacer. No tenía dinero, pero debía reencontrarme con ella. Estaba pedaleando por amor, pero nunca amé pedalear. Es simple».