Sabemos que muchos están en un plan por un verano sin polera y si tú eres una de esas personas debes tener precaución porque con esta ola de calor hay algunas cosas que tienes que tener en cuenta sobre todo a la hora de hacer ejercicio.
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Los expertos señalan que no se trata de evitar rotundamente el deporte, sino que hacer pequeños cambios para cuidar tu salud.
Algunas recomendaciones son:
- No realizar actividad física entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde. Es decir, o lo haces bien temprano o cuando salgas del trabajo.
- Es más conveniente hacer ejercicio en la mañana porque en la tarde el choque de calor después de estar aclimatado durante horas en la oficina puede ser muy brusco, y va a afectar tu entrenamiento.
- Es importante que uses ropa de color claro y ligera. Además preocúpate de llevar anteojos de sol para proteger tus ojos, gorro y bloqueador (ojalá de nivel 50).
- Ten siempre el agua al alcance de la mano e hidrátate de a poco.
- Neutraliza las caídas de tensión. Tras ejercitarse, el cuerpo se esfuerza para liberarse del calor, lo que puede causar bajadas de tensión. Si esto te ocurre, siéntate rápido y bebe un poco de agua.
- Evita los golpes de frío ocasionados por el aire acondicionado.
- Si quieres pasear en bicicleta o salir a trotar en la calle, déjalo para la tarde cuando el sol ya no pegue tan fuerte.
¿Qué puede ocurrir si no se siguen estas recomendaciones?
Entre los problemas físicos que puedes tener al hacer ejercicio en el verano destacan la deshidratación, el agotamiento y la insolación. ¡Por eso es importante cuidarse!
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Los más comunes son:
- Síncope por calor: se caracteriza por una sensación de mareo o desmayo, acompañada por fatiga extrema, jadeo, vómitos, vértigo, piel fría y húmeda, y pulso débil y rápido.
- Agotamiento por calor: se produce cuando se practica ejercicio considerando una media de 30°C, generando dolor de cabeza, debilidad y piel fría.
- Golpes de calor: son generados mayormente por incremento de la temperatura sobre los 40°C e incluye un riesgo mortal, manifestado con síntomas de confusión, irritabilidad, alteraciones del ritmo cardíaco, problemas visuales y fatiga.
- Calambres y deshidratación.
- Insolación: ocurre cuando los pequeños vasos sanguíneos se inflaman por haber estado expuestos a demasiada radiación solar. La piel se pone muy roja y el afectado siente decaimiento, deshidratación, calofríos, fiebre y dolor de cabeza, entre otros síntomas.