Aunque parezca increíble, el veneno de abejas obreras está revolucionando el mundo de la cosmética. ¡Sí!, esa misma sustancia que inyectan por el aguijón cuando pican.
Este veneno es un líquido que recibe el nombre técnico de apitoxina y tiene acciones inflamatorias, convulsivas y paralizadoras. Además de contener magnesio, fósforo, calcio y proteínas.
Desde la antigua Grecia, la apitoxina se ha utilizado como analgésico y antimicrobiano, así como para combatir problemas articulares y dolencias como la artritis, la ciática, el lumbago, la tendinitis, la esclerosis múltiple y problemas cutáneos. Pero actualmente su veneno ha recobrado protagonismo, especialmente entre celebridades que ya lo utilizan en cosmética en forma de mascarilla desde que supieron de nuevos estudios que avalan ciertas propiedades del veneno.
Se sabe que estimula la producción de colágeno en la piel y mantiene su elasticidad, por lo que cada vez más líneas cosméticas lo consideran como ingrediente en sus productos. Y además de mantener la elasticidad de la piel, actúa de forma similar a como lo hace la toxina botulínica, disminuyendo las arrugas y mejorando la firmeza de la piel.
Cabe mencionar que la extracción de este líquido se hace en laboratorios especializados, por lo que todavía este producto cosmético tiene un precio bastante elevado. Apenas un gramo puede llegar a costar unos 300 euros (alrededor de $220.000).
Famosas como Gwyneth Paltrow, Victoria Beckham y la duquesa Kate Middleton ya lo usan.