Frente a la casa del profesor asesinado, se ha improvisado un punto de devoción para vecinos del lugar.
Pese a que ambos responsables están condenados, la muerte del profesor Nibaldo Villegas aún pesa fuerte en Villa Alemana. Y es que el docente era un ser respetado y querido por la comunidad de la quinta región.
Por lo mismo, frente a la casa del Villegas, se ha instalado una animita, la que se ha transformado en punto de devoción para quienes pasan por el lugar y se encomiendan al profesor.
“Hace poco vino una señora bien simpática a darle las gracias. Le había pedido que le diera un trabajo a su marido ingeniero, que estaba cesante hace varios meses, y me dijo que se lo había concedido”, contó a La Estrella de Valparaíso Winston Yáñez, vecino de la casa donde vivía Villegas.
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“Bueno, yo creo mucho en Dios y respeto toda ideología, pero yo nunca le he pedido nada”, añadió.
“Es conmovedor lo que ha ocurrido. Sabiendo que en el segundo piso, donde se ve esa ventana, mataron a este buen hombre. Esta semana vino una madre con su hijo del cerro Cordillera. También un caballero que se puso de rodillas a rezar (…) Lo escuché y decía que tenía cáncer. Y que así como Jesús había perdonado a sus enemigos, así pudiera la gente perdonar a los asesinos”, finalizó Yañez.
Pero no es la única persona que apuesta por la animita y el profesor. Marcela, vecina del sector, cuenta al mismo diario que “mi nieto conocía al profesor porque estudiaba en el colegio donde hacía clases. Era una persona muy buena, por eso sentíamos la necesidad de venir. No sabía dónde quedaba la casa”.
“Fue tan terrible esto que pasó. Como villalemaninas queríamos descansar nuestras conciencias y pedir por la familia del profesor”, cerró.