Verano es sinónimo de sol, playa y mucho turisteo. Si estás en la quinta región, te mostramos los lugares que no puedes dejar de conocer en el puerto de Chile: Valparaíso.
¡Aprovecha los últimos días o escápate un fin de semana durante el año y disfruta de sus hermosos cerros y coloridas calles!
Ya seas oriundo de Valparaíso o turista… debes conocer esta ciudad porteña, que además está declarada como Zona Típica de Chile. Puedes hacer diversas actividades: desde caminar por los cerros y observar las panorámicas hacia el mar hasta descubrir sus clásicos ascensores o la belleza arquitectónica del Palacio Baburizza (hoy es el Museo de Bellas Artes, construido en 1916).
Hoy te mostramos un poquito de las diferentes opciones que puedes disfrutar en el Cerro Alegre, uno de los más importantes de Valparaíso.
LA DULCERÍA
Si has visitado Cerro Alegre, una rica alternativa es «La Dulcería», un espacio donde regresamos a nuestra infancia a través de los sabores: gomitas, calugas de leche, paletas y todo el mundo dulce gracias a la diseñadora Ángela Alfageme, quien aprendió el oficio en Barcelona y desde 2013 se instaló en la ciudad porteña.
Y no sólo pueden disfrutar de los exquisitos productos sino que también ver de cerca el arte de la creación de estos dulces porque el taller está ahí mismo. ¡Lo máximo!
HOTEL FAUNA
Si necesitas un lugar para dormir, pero no quieres perder la esencia del lugar, una alternativa es el Hotel Fauna, en pleno corazón del Cerro Alegre y con una construcción que data de 1800.
Un rescate al patrimonio de Valparaíso, con antiguas construcciones de los cerros, lo que lo transforma en una mezcla entre lo histórico y lo local… todo de manera sencilla, especial para un buen descanso luego de caminar por los cerros. ¡Ojo! Es un excelente lugar para los más jóvenes que quieren vivir toda la onda porteña.
HOTEL CASA HIGUERAS
Y por último, a unas cuadras del tradicional Paseo Yugoslavo, está uno de los primeros hoteles boutique de Cerro Alegre: el Hotel Casa Higueras. En un principio era un casona de los años 20… pero en 2004 se reconstruyó el lugar y se transformó en lo que es actualmente.
Es un lugar que invita a desconectarse de los problemas, a tomar una pausa a la intensa vida y disfrutar de sus paredes de madera, la vista hacia el océano y el aire marino que tanto nos relaja. Si viajas con niños, es un excelente ambiente familiar.
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