Para hacer lo que hizo este hombre simplemente se requiere de valentía. El estadoundiense Luke Aikins se lanzó desde más de siete mil metros y a una velocidad que superó los ciento noventa kilómetros por hora, desde un avión y sin paracaídas.
Con una preparación de dos años, su acción, que nombró como Heaven Sent (algo así como enviado del cielo), finalmente se llevó a cabo este martes en California, Estados Unidos, donde miles de personas y los medios de ese país que transmitieron en vivo, estuvieron pendientes de que su caída fuera tal como la había planeado.
Con completo éxito en su plan, Aikins hizo historia cuando a solo pocos metros de llegar al suelo, fue protegido por una malla que tenía la elasticidad perfecta, para permitir de que no tuviera problemas al momento de rebotar en ella.
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