El amor entre una madre y una hija es incondicional y lo puede todo. Así quedó demostrado recientemente, pues a sólo un día del fallecimiento de la actriz Carrie Fisher, ahora se supo que su madre, la también actriz Debbie Reynolds, de 84 años, acaba de fallecer tras sufrir un infarto cerebrovascular.
Debbie, actriz, cantante y nominada al Oscar, fue derivada durante este miércoles a un hospital de Beverly Hills mientras se encontraba en casa de su hijo, Todd Fisher, preparando el funeral de Carrie y según declaraciones de éste último, ella habría estado pensando hasta el último momento en su hija y habría manifestado que la extrañaba mucho y que «quería estar con Carrie».