Una niña estaba jugando en la playa Indian Shores, cerca de Tampa en Florida, Estados Unidos, cuando vio caer algo desde el pico de una gaviota. La pequeña corrió a recogerlo, porque creyó que era un delicioso Cheeto.
Pero cuando se acercó a él, descubrió que era un pequeño caballito de mar de color naranja que luchaba por respirar. De inmediato lo puso dentro de su cubeta de arena y la llenó de agua. La niña se lo mostró a su mamá y dieron aviso al Clearwater Marine Aquarium (CMA).
Un voluntario del equipo de rescate acudió rápidamente al lugar para recoger a la pequeña criatura. El caballito, que fue bautizado como Cheeto, fue puesto en un hábitat de cuarentena para ser examinado por el departamento de animales acuáticos.
Conoce más de Cheeto
Los expertos indicaron que se trataba de un caballito de mar o hipocampo estriado hembra, que probablemente buscaba diminutos camarones para alimentarse, los cuales habitan en los lechos de algas marinas y arrecifes.
Los hipocampos suelen cambiar de color para camuflarse con su entorno, por lo que se supone que Cheeto vivía en esponjas rojas y naranjas, antes de ser arrastrada por las corrientes hacia la playa y de que la gaviota hambrienta la agarrara. Afortunadamente estas aves escupen a esta especie por su dura estructura ósea.
El final feliz de Cheeto
Don Stansell, biólogo marino del CMA, explicó a TheDodo que la historia de Cheeto es extraordinaria:
«Las oportunidades de sobrevivir tras caer desde el pico de una gaviota en la arena son pequeñas. Es increíble, porque todo ocurrió en el momento justo, probablemente en un intervalo de dos minutos, como mucho, para que ella haya podido sobrevivir.»
Una semana después de su llegada al centro de rehabilitación, Cheeto comenzó a mordisquear la hierba marina y la primera vez que comió todos aplaudieron de felicidad. Además, cambió su color a un amarillo brillante y toda su recuperación fue transmitida a través de Facebook Live en la cuenta de la CMA.
Stansell señaló que a pesar de la experiencia traumática que había vivido la suertuda caballito de mar hembra, parecía no tener ningún problema de salud y podría ser liberada de nuevo en el océano, porque no existía ninguna razón para retenerla.
Durante un caluroso día, el equipo de CMA decidió llevar a Cheeto de regreso al mar y lo hicieron en una zona donde hay pasto marino, el hábitat natural de otros hipocampos.
Cuando Stansell abrió el pequeño contenedor de transporte, al principio Cheeto no se quería ir, «pero una vez que lo hizo, se fue». Luego la perdió de vista y se sintió emocionado y aliviado por ella.
Este es el video de su liberación:
Bill Potts, director de marketing de la CMA, recuerda con alegría la increíble aventura y expresó graciosamente:
«Si puedes ver lo que hacemos por un caballito de mar, imagina lo que hacemos por nuestras tortugas y vida marina».
Fotos: Clearwater Marine Aquarium – Facebook