Puede sonar como una broma, pero según un estudio realizado por científicos australianos, nuestras parejas sexuales marcan nuestra carga genética y esto se puede ver reflejado cuando nacen nuestros hijos… Entre muchos conceptos complejos, se habla de «impregnación genética», «telegonía», y conceptos que se rescataron desde el mismísimo Aristóteles.
La idea, original del biólogo alemán August Weismann, fue retomada por un grupo de científicos australianos, quienes llegaron a la misma conclusión: científicamente, tus hijos se pueden parecer a tu ex.
Esto explicaría por qué, por ejemplo, los hijos de un segundo matrimonio o una segunda pareja puedan parecerse a los de la primera pareja, mostrando características tan llamativas como el pelo pelirrojo, siendo sus actuales progenitores morenos.