El mundo de la moda lloró el pasado domingo la muerte del diseñador japonés, Kenzo Takada, quien falleció a los 81 años, producto del coronavirus. El artista falleció en un hospital en París, la jornada pasada.
Takada nació en Himeji, Japón, en 1939. Fue el primer de siete hermanos y desde pequeño fue buen dibujante. Desde temprana edad quiso estudiad Bellas Artes y siempre mostró interés por las revistas de moda de sus hermanas. A sus 19 años encontró trabajo como pinto de muebles, con lo que pudo entrar a la Escuela de Moda Bunka, de Tokio.
Y su sueño era grande, por lo que el diseñador decidió a los 26 años tomar un barco rumbo a Barcelona y Marsella, para luego llegar a París. «Llegué a la Gare de Lyon la tarde del 1 de enero de 1965. Estaba oscuro y la estación era vieja, sucia, oscura. Tomé un taxi y mi primera impresión de París fue lúgubre, lúgubre. Entonces el taxi pasó por Notre-Dame y la vi majestuosa. Eso me consoló un poco», dijo en sus memorias que publicó en 2018.
En la capitul francesa fue donde comenzó su marca, en 1970, y es donde se quedó a vivir hasta su partida este fin de semana.
Su marca en la moda
Takada marcó un antes y un después con su método de llevar el prêt-à-porter (‘Lista para vestir’). Esto porque para él que alguien usara sus prendas era salir de la cotidianidad y “entrar en un sueño”.
Hizo que la moda tan alejada de las calles, llegara a las calles de una manera única. Fue un pionero en desestructurar patrones de prenda, abriendo camino a varias tendencias que hasta hoy seguimos, como las chaquetas con hombros marcados, vestidos tipo bata, entre otros.
Durante años el diseñador mostró piezas únicas y poco convencionales. Uno de sus fuertes era fusionar los kimonos y vestimenta tradicional de campesinos japoneses, con las formas y colores del estilo europeo.
Partió diseñando ropa femenina, pero luego en 1983 se adentró a la indumentaria masculina y cinco años después se aventuró en la perfumería.
En 1993 el grupo LVMH adquirió su firma y seis años más tarde, a los 30 años de su carrera, dejó su cargo de director creativo.
El legado de Kenzo sin duda fue el color, los estampados de flores y las plantas. Además de bellos patrones. En una entrevista, expresó que: «Creo que aporté libertad en la moda, en la forma de vestir, de moverme, de colores. La mujer Kenzo es una mujer libre, bonita y dinámica».
Y la puerta que abrió en París para otros diseñadores fue clave. «Nunca esperé realmente trabajar en la moda en París porque me decían constantemente que sería imposible para un japonés hacerlo», dijo en una entrevista. El fue el primer japonés en llegar a la industria de la moda, abriéndole las puertas a Issey Miyake, Rei Kawakuvo, Johji Yamamoto y Junya Watanabe.
A pesar de que ahora estaba alejado de las pasarelas, seguía amando el diseño y su trabajo. Incluso incursionó en el área de interiores y accesorios. «La moda es como la comida, es importante no centrarse en el mismo menú», dijo, el creador que también tiene una gran línea de perfumes.
La reinvención de la marca en 2012
En 2011 la marca Kenzo tuvo dos nuevos directores creativos, Carol Lim y Humberto León, quienes hicieron resurgir la indumentaria, con la famosa polera de Tigre que en 2012 fue grito y plata. La polera se agotó enseguida y actualmente igual es solicitada.
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También tuvo un gran éxito su colaboración con la marca masiva, H&M, en 2016. Desde ahí la marca fue perdiendo notoriedad y en 2016 Oliveira Baptista llega a reemplazar a Lim y Leon.
A pesar de los cambios, la visión de Kenzo Takada, la que pudo plasmar en sus prendas desde los 70 en adelante y que todavía inspiran a muchos otros diseñadores de nuevas generaciones.