Maniobrar al volante con lluvia no solo dificulta la conducción por la escasa visibilidad, sino que triplica las posibilidades de accidente. De allí la importancia de tomar todas las precauciones para los días lluviosos. ¡Apunta estos consejos!
- Para manejar bajo la lluvia, es recomendable limpiar bien las suelas de los zapatos en las alfombrillas del auto antes de echar a anda el motor.
- Ten en cuenta que frenar en una carretera mojada te llevará aproximadamente el triple de tiempo que frenar en una carretera seca, así que ojo con las distancias. Lo recomendable es mantener dos autos de distancia entre tu vehículo y el que le preceda.
- No olvides encender las luces si está lloviendo. Es muy importante que veas y que seas visto por los demás conductores cuando llueve. Si tienes neblineros y la lluvia es intensa, enciéndelos para hacer aún más visible tu presencia.
- La diferencia de temperatura cuando llueve entre el interior y el exterior hace que los vidrios se empañen. Para evitarlo, utiliza la recirculación del climatizador o aire acondicionado con aire frío.
- No realices movimientos bruscos. La lluvia y la niebla reducen la adherencia de los neumáticos hasta en un 50% sobre el asfalto, lo que aumenta las posibilidades de perder el control del vehículo ante cualquier situación no esperada.
- No te acerques demasiado al auto que llevas delante y así evitarás el “efecto spray” (cuando la lluvia pulverizada y sucia va a parar a tu parabrisas). Además, en caso de frenazo brusco, tendrás menos espacio para detener tu auto con seguridad.
- Frena con suavidad y con pisadas cortas para no bloquear la dirección y además secar la humedad de las pastillas. Aumenta la distancia y reduce la velocidad.
- Nunca atravieses un charco muy grande sin comprobar su profundidad o que otro vehículo haya pasado antes. Pasa lentamente y, al terminar, frena dos o tres veces para secar los discos.