Tras meses de expectación, este sábado por fin pudimos ver en la boda real del príncipe Harry y Meghan Markle el vestido de novia que escogió.
La recién estrenada duquesa de Sussex escogió un vestido liso de escote bote y manga francesa firmado por Clare Weight Keller, la diseñadora británica y directora artística de Givenchy, quien mantenía una relación muy cercana con Meghan.
Según revela la revista Vanity Fair, Waight Keller es actualmente la directora creativa de Givenchy, la primera mujer en ascender hasta el máximo puesto de la casa francesa. Estudió en el Ravensbourne College of Art y obtuvo un máster en moda de punto en el Royal College of Art.
Luego pasó por CK Calvin Klein, donde fue ascendida rápidamente a diseñadora de la línea femenina. Después trabajó en Ralph Lauren, en Gucci junto a Tom Ford, y más tarde en Pringle of Scotland. Su gran triunfo llegó en 2011 con su entrada en Chloé.
El velo del vestido
Meghan expresó su deseo de que el velo representara los 53 países de la Commonwealth y para ello Clare Weight plasmó en él las flores distintivas de cada país en una espectacular composición floral.
Tiene cinco metros de largo y está hecho de tul de seda con flores bordadas a mano en hilos de seda y organza. Cada flor se trabajó en tres dimensiones para crear un diseño único y delicado. Se dedicaron más de cien horas para coser meticulosamente la pieza.
Los zapatos de boda también están diseñados por Givenchy. Realizados con satén de seda duquesa. El peinado de Meghan, un moño bajo, estuvo a cargo de Serge Normant y el maquillaje de Daniel Martin, amigo íntimo de la novia.