Sí, ahora ya nada de llorar luego del fin de un matrimonio. La idea, por el contrario, es sonreír y sacarse selfies. Pero, claro, si no hay nada más lindo que retratar una sonrisa cuando llega el final de algo que no venía tan bien.
Si de tendencias virales se trata, las selfies se posicionaron como una de las más queridas por el público 3.0. Sin embargo, detrás de esta tendencia se esconde una actitud, por definirlo de alguna forma, poco común
Miles de parejas comenzaron a publicar su imagen de feliz divorcio a través de Instagram, como si se tratara del alter ego de la foto de recién casados.
¿Para qué? Según lo podemos deducir, mostrarse fuertes después del mal trago que significó este adiós y también reirse un poco de la vieja idea de que los momentos felices son aquellos que estaban preestablecidos.