¡Pobre Rooney! Confesó su crimen sin ningún tipo de presión.
Stephanie comentó que hace varios días sus lentes habían desaparecido. Cuando por fin los encontró, estaban rotos.
Parece que a su perro Rooney le encanta morder cosas, por lo que cuando ella lo llamó para preguntar «si sabía de algo», no pudo controlar su culpa.
Luego de un rato de interrogatorio, el tierno animal camina y se encierra en su jaula. Parece que sí había sido él.
Mira el gracioso video: