Las contracturas en el cuello y el dolor de espalda van de la mano con las emociones. Y es que muchos de nuestros pensamientos, sentimientos, preocupaciones y estrés son capaces de enfermar al cuerpo sin que nos demos cuenta.
Ello, pues las sensaciones negativas repercuten bloqueando la energía y afectando directamente a la columna vertebral.
¿Qué hacer al respecto? Lo mejor es escuchar al cuerpo y combatir la dolencia desde la raíz.
- Dolor cervical: Específicamente en el cuello, este dolor aparece cuando tenemos una actitud tensa frente a los problemas. Por lo habitual las cervicales se ven afectadas por el estrés laboral y los problemas financieros. Se recomienda realizar algunos movimientos circulares con la cabeza para relajar los músculos, así como mover los hombros hacia arriba y hacia abajo.
- Dolor dorsal: La zona que comprende el tórax se denomina espalda media. El dolor en esta zona puede ser originado por una postura derrotista ante la vida. Por lo general se asocia con personas de autoestima baja, angustiadas y depresivas. Para combatirlo, es necesario realizar ejercicios de cualquier tipo.
- El dolor lumbar: La llamada espalda baja suele afectar al nervio ciático y se relaciona con miedos, ansiedad y nerviosismo. Este dolor es común en personas que viven un ritmo de vida muy acelerado, preocupándose mucho por los demás y dejando de lado sus propias necesidades.