Con la retransmisión de «Verdades ocultas» desde el inicio de sus capítulos, en Mega han aprovechado para realizar entrevistas con los protagonistas de las diferentes etapas de la teleserie de la tarde, que por estos días está en stand by hasta que puedan retomar las grabaciones post pandemia.
Y justamente en estas conversaciones se reunieron con la actriz Teresita Reyes, quien reveló una serie de detalles sobre su participación en «Verdades Ocultas», donde interpretó a Gabriela, la madre de los hermanos San Martín, quien finalmente fue asesinada en manos de Leonardo.
Ahí contó cómo fue interpretar a una villana, rol que por primera vez tenía como responsabilidad, donde aseguró que ha sido uno de sus papeles más complejos pero gratificantes a la vez. “Me encantó hacer ese personaje. Qué rico hacer de mala, qué agradable”, dijo.
Y luego agregó que Gabriela y Teresita son muy diferentes en la vida real. “Gabriela no tiene nada de mí, nada. Ni la caminata, ni el tono de voz, ni la postura, era una seria a morirse. Ella era la principal de la PDI, y estaba acostumbrada a ser así. Eso me encantó, que no tuviera nada de mí, ternura ni nada”, expresó.
¿Y lo más difícil de aquel personaje? “No sabes lo que me costó no mover las manos, no expresarme con el cuerpo. Ella andaba rígida y seca por la vida, fue un desafío grande, porque yo soy cariñosa, melosa. No le presté ropa”, comentó.
Las escenas más duras que vivió en «Verdades ocultas»
Además, reveló detalles de las escenas más dramáticas que debió interpretar: cuando «asesina» a Muriel (Begoña Basauri) y la muerte de su personaje en manos de su propio hijo. Con respecto al asesinato, contó: «Estuve practicando como dos o tres horas porque la primera vez que ocupé la pistola, hice el tiro y la boté”.
Y agregó: “No se me movió nada, ni una pestaña, ni siquiera parpadee. La pistola se mueve, fue dramático y grabamos en un peladero en la noche, pero salió muy buena”.
En cuanto al fin de su personaje, Teresita expresó que fue terrible que muriera a manos de su hijo. «Carlos Díaz (quien interpretaba dicho rol) me abrazada y me pedía perdón porque me tenía que matar, y decía que no era culpa suya que era el guión. Pero fue impactante para nosotros también, porque Gabriela decía: ‘No me mates hijo’ con lágrimas en los ojos”, manifestó.
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“Me mató ese desgraciado. Si no me hubiesen matado habríamos tenido para rato, además me incineraron y no puedo volver. Todos han vuelto, y yo propuse que fuera por último un espíritu”, concluyó entre risas la actriz.
