En Texas, Estados Unidos, un hombre llamado Tony Scherb se retiró de la Oficina del Alguacil, luego de casi 30 años de trabajo y servicio a la comunidad. Por ser uno de los trabajadores más queridos del lugar, sus colegas quisieron despedirlo como corresponde.
Con el pretexto de obtener una máxima seguridad dentro del ascensor, se instaló una cámara que registraría todo lo que ocurría dentro de éste. Por eso, como los compañeros de Tony sabían que a él le gustaba bailar, lo sorprendieron en algunos de los pisos, acompañándolo en sus mejores pasos y así quedó registrado.
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