«Game of Thrones» se ha convertido en una de las series más famosas de todos los tiempos, y para nadie es ajeno que los actores muchas veces deben realizar cambios en su apariencia e incluso en su estilo de vida para poder interpretar a sus personajes. Ese fue el caso de la actriz Sophie Turner, quien interpreta a Sansa Stark en la serie de HBO.
La joven actriz obtuvo el papel cuando tenía 13 años, pero antes de meterse en la piel de Sansa debió someterse a una serie de exigencias y cambios, los cuales la han acompañado por casi una década. Por ejemplo, tuvo que adecuarse a teñir su cabello de un tono rubio casi blanco, para así llegar al color rojo característico de su personaje.
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Otra de las exigencias dice relación con la prohibición exponerse al sol, ya que la actriz debía mantener un tono pálido en su piel, pues donde transcurre la historia casi nunca hay sol, lo que le da esa presencia a la Señora de Invernalia, recoge Publimetro.
Ahora que su compromiso con la producción de la serie terminó, Turner ha cortado su cabello y su color natural ha vuelto