El estilo shabby chic, inspirado en las tradicionales casas de campo de estilo británico, representa una alternativa fascinante por sus tonalidades y elegantes detalles, que fusionan a la perfección en su decoración lo antiguo y lo moderno.
¿Cómo lograr el estilos shabby chic?
- Colores: Predominan en esta tendencia los tonos pasteles, como el rosa palo, azul cielo, verde agua, malva claro y arena, aunque el blanco se mantiene como firme protagonista. Colores empolvados hacen del shabby chic una delicia visual, perfecta para parejas románticas y también para aquellas que optan por una decoración de tipo campestre. Las flores, por su parte, son un complemento que no puede faltar en abundancia.
- Centros y señalizadores de mesa: Botes reciclados y pintados en colores cálidos se convierten en hermosos floreros, mientras que las jaulas de pájaro con velas en su interior son otro de los elementos característicos del estilo shabby chic. Para enumerar las mesas, en tanto, se pueden utilizar marcos de fotos restaurados o botellines pintados.
- Elementos propios: La tradicional vajilla de porcelana es un sello distintivo de este estilo, ya sean teteras, lecheros, tazas o azucareros, así como también los portarretratos, espejos, biombos, jarrones, candelabros y collares de perlas. Todos ellos, adornos de matrimonio que hacen de esta decoración una alternativa delicada, bohemia y súper seductora.
- Mobiliario: La restauración y reutilización de muebles y telas usadas es la consigna que mueve a este estilo. Por lo tanto, predominan los muebles antiguos, especialmente de madera, bronce o hierro, que se combinan sutilmente entre cortinas blancas de crepe, manteles con blonda o bordados a crochet, telas con texturas brocadas y cintas de encaje, entre otras ideas para darle atmósfera a la celebración. Asimismo, esta tendencia permite mucha manifactura propia y versatilidad y, por ejemplo, las mismas cintas de encaje que usarás para decorar las sillas, puedes también utilizarlas para enchular tus copas de novios. Eso sí, siempre respetando las tonalidades suaves, como el blanco, rosado o crema.