Bajo el lema «respetemos los tiempos del nacimiento» se celebra hasta el 20 de mayo la semana mundial del parto respetado, instancia para ahondar sobre los partos, parte de la sexualidad femenina y una etapa trascendente en la vida del bebé.
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Esta celebración nace gracias a la Alianza Francesa para el Parto Respetado (AFAR, por sus siglas en francés). Esta asociación se centra en que todas las personas tengan acceso a la información y tomar sus propias decisiones con respecto al nacimiento de sus hijos.
El parto normal es el proceso fisiológico con el que la mujer finaliza la gestación del bebé, que en condiciones normales dura entre 38 a 42 semanas, lo que se llama «a término». Un nacimiento antes de las 38 semanas se considera prematuro y sobre las 42 semanas es nacimiento tardío.
En este período se alcanza la madurez biológica del bebé, ha terminado su desarrollo intrauterino y culmina con el nacimiento de un bebé sano, que se inicia espontáneamente, se desarrolla y finaliza sin complicaciones, y no necesita más intervención que el apoyo integral y respetuoso.
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Sin embargo, en Chile hay un enorme porcentaje de partos inducidos y por cesárea, donde el momento del nacimiento es programado por decisiones médicas y no necesariamente por razones fisiológicas, como por ejemplo disponibilidad de tiempo, lugar u otras razones.
«Efectivamente puede haber signos y síntomas médicos justificados para intervenir en el proceso, pero si estos no existen, no hay razones para adelantar este proceso y cada mujer debería sentirse empoderada en esperar», explica Carmen Paz Abarca, Kinesióloga del centro kinésico KICEP.