Un estudio realizado por la Universidad de Toronto, Canadá, determinó que se puede saber con mediana certeza si una persona es adinerada o pobre con solo mirarle la cara.
Según la investigación publicada en la revista “Journal of personality and social psychology”, esto ocurre porque las experiencias vividas en la adolescencia y adultez quedan grabadas en el rostro. Entonces, según los investigadores, esto crea una “máscara emocional” en los músculos de la cara, por lo que se puede percibir si ha tenido sensaciones de satisfacción o infelicidad.
«Esas primeras impresiones pueden convertirse en una especie de profecía autocumplida que va a influir en las interacciones y las oportunidades que va a tener esa persona”, señaló Thora Bjornsdottir, coautora del estudio.
Para llegar a esta conclusión, los autores seleccionaron a dos grupos de voluntarios entre los 18 y los 23 años; los primeros, con un sueldo inferior a 60.000 euros anuales y los segundos, con un sueldo superior a 100.000 euros. A todos ellos les fotografiaron sus rostros con distintas expresiones y luego se las exhibieron a otro grupo de jóvenes para que adivinaran cuáles eran ricos o pobres.
Tras los análisis, los resultados demostraron que los participantes tuvieron una precisión del 53% acertando a su estatus económico.
“Hay neuronas en el cerebro que se especializan en el reconocimiento facial. El rostro es lo primero que vemos cuando miramos a alguien. Vemos rostros en las nubes, vemos rostros en tostadas, estamos algo forzados para buscar estímulos parecidos a una cara y esto es algo consistente, lo que lo hace estadísticamente significativo”, declaró Nicholas Rule, otra de las líderes de la investigación.
“Con el tiempo, tu rostro viene a reflejar y revelar permanentemente tus experiencias. Incluso cuando pensamos que no estamos expresando algo, las reliquias de esas emociones todavía están ahí”, añadió Rule.