La estructura y ciclo vital del cabello permite que se pueda cortar y modelar a capricho. Sin embargo, la salud de éste se complica cuando actúan agentes externos como los rayos ultravioletas, el estrés, el tabaquismo, las alteraciones hormonales, la falta de vitaminas, el exceso de químicos y el abuso de fuentes de calor, como el secador o la plancha alisadora.
De hecho, el cabello es capaz de aguantar no más de 180 grados de calor, por lo que es clave no abusar de estos productos.
¿Secador o plancha?
El uso de cada aparato tiene objetivos y usos diferentes, dependiendo de las características del cabello y sus necesidades de peinado.
Tanto para planchas como secadores es relevante que no tengan más de dos años pues, de lo contrario, se empiezan a sobrecalentar, añadiendo más temperatura a tu cabello.
La plancha alisadora está diseñada para ser usada en pelo seco y limpio; mientras que el secador, como su propio nombre lo indica, puede utilizarse en cabello húmedo o seco.
¿Cuál es más dañino?
El cabello se estropea más si utilizas la plancha con frecuencia, ya que la temperatura está de manera más expuesta y directa sobre los mechones, lo que provoca que el cabello sufra de sobrecalentamiento. Eso sí, existen materiales como la cerámica o la turmalina que son buenos aislantes y que además incluyen una temperatura de fusión y resistencia.
El secador, en tanto, mantiene entradas y salidas de aire, que puede ser frío o caliente y, al mismo tiempo, permite modular la temperatura. De todas maneras, es importante no someter el cabello a cambios frecuentes de temperatura, pues tiende a trozarse o ponerse grifo.
Por su parte, los expertos recomiendan emplear productos termo-protectores siempre que el cabello se someta a altas temperaturas, así como el uso de tratamientos reparadores de daño.