Los celos excesivos en las relaciones son dañinos para ambas partes y el principal factor por los que se producen es por la inseguridad interior.
Una relación se basa en la confianza, y si esta no está presente…
¿Por qué continuar?
Para dejar de ser una persona celosa, debes empezar por analizar tu interior, si confías en ti mismo y dejas a un lado tus miedos, podrás disfrutar al cien por ciento con tu pareja.
¿Qué hacer?
El primer paso es reconocerlo, darse cuenta de algo que perjudica y te causa sufrimiento. Para esto, hay que descubrir desde donde nacen estos celos, tal vez en tu infancia alguno de tus padres lo era o creciste en un ambiente donde te provocaban inseguridad y ahora se manifiesta en tus relaciones. El objetivo es identificarlo para trabajar en eso y sanarlo.
La voluntad de cambiar es algo que no funciona de un día para otro, debes tener consciencia de querer cambiar tu desconfianza y tener en cuenta que los pensamientos son los que están perturbando tu mente.
La comunicación con tu pareja es esencial, lidiar con esto de forma solitaria no es lo ideal, por lo que tu pareja puede ser un gran apoyo si le cuentas este problema. Hacerlo partícipe y comentarle tus inseguridades es lo mejor que puedes hacer.
Si tienes un concepto erróneo de las relaciones, debemos sacarnos de la cabeza que cuando estás en pareja alguien te pertenece. Controlar a alguien y saber de ella a cada instante es un gran error. El amor basado en la pérdida del otro, arruina las relaciones. El amor tiene que ser libre y no controlador.
Incluso esto es aplicable en las relaciones de amistad y de familia, ya que podemos amar sin necesitar. Podemos existir sin esa otra persona, somos seres independientes y la frase “no existo sin el/ella”, es completamente falsa. Este es un camino lento de recorrer pero posible de superar.