Al contrario de lo que muchos suponen, consumir bebidas alcohólicas no ayuda a entrar en calor. De hecho, tomar un trago contribuye a reducir la temperatura interna del cuerpo.
Entonces, ¿por qué da la sensación de todo lo contrario?
“El consumo de alcohol deshace muchos reflejos sanos del cuerpo humano, uno de los cuales mantiene la temperatura interna caliente cuando hace frío. Ni siquiera se necesita tomar mucho para que se produzca este efecto. Sólo una bebida alcohólica iniciará el proceso que resulta en una menor temperatura interna», detalló el doctor Willam Haynes, director de Farmacología Clínica de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, institución que realizó el estudio.
Según los investigadores, lo que realmente ocurre es que el alcohol es un vasodilatador y, por lo tanto, hace que más sangre circule por las venas que se habían estrechado, generando que te sientas más caliente.
O lo que es igual, cuando el cuerpo tiene frío, de inmediato reacciona disminuyendo la circulación en las manos y piernas, concentrando la sangre caliente en el pecho y la cabeza.
Si el frío sigue en aumento, los vasos se seguirán estrechando y concentrando la sangre en los órganos vitales. Este es un sistema de defensa y conservación de calor.
Por lo tanto, al tomar alcohol en esas circunstancias, se estaría contrarrestando este sistema y en realidad el cuerpo estaría perdiendo calor, pero no al revés.