Este jueves se celebró una nueva edición de la Gala de Otoño del Ballet de Nueva York, a la que Sarah Jessica Parker acudió con un llamativo traje en color rosa.
Más bien, la actriz sacó a pasear a su propia ‘Carrie Bradshaw’, demostrando que no hay prenda ni tonalidad que se le resista.
Aún cuando se trata de innovar en estilismos de etiqueta.
De este modo, Jessica Parker lució un dramático vestido fucsia de Zac Posen, un moño recogido y unos aros de diamantes que elevaban la fantasía del traje inspirado en el siglo XVIII.
Además, completó su outfit con un maquillaje con sombra azul y delineador negro en sus ojos.
Y por si fuera poco, la actriz de 54 años apostó por un calzado bicolor.
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Sin duda, Sarah Jessica Parker se convirtió en la protagonista de este evento que, año a año, combina el ballet con la alta costura.
Si ‘Carrie Bradshaw’ cobrara vida fuera de la ficción, seguro hubiera elegido un vestido como éste.