Es probable que cuando estás resfriada o te duele la cabeza utilizas soluciones de populares remedios caseros como una limonada con miel o rodajas de papas en la cabeza. Según el biólogo Erik Vance éstos son placebos que realmente son efectivos para quienes están seguros de que así será.
Es lo que apuesta en su libro «Suggestible You: The Curious Science of Your Brain’s ability to Deceive, Transform and Heal» («Sugestionable: La curiosa ciencia de la habilidad del cerebro para engañar, transformar y curar»), en el cual explica el poder de la mente.
Una postura que algo tiene que ver con la definición de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) sobre la palabra placebo: «Sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto favorable en el enfermo, si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción».
Claro que Vance no sólo incluye en esa categoría a píldoras y cápsulas, sino que también a las denominadas terapias alternativas como la acupuntura, la homeopatía o las flores de Bach. Sin embargo, en una entrevista con «National Geographic», el biólogo expresó que aunque los placebos sí son efectivos, no funcionan con todas las enfermedades.
Si sirven, por ejemplo, para «el Parkinson, el dolor crónico, el síndrome de colon irritable, la depresión, la ansiedad, ciertos tipos de asma y las deficiencias autoinmunes2, ya que responden a los placebos. Por el otro lado, afirma que para aquellos males eventualmente mortales -el cáncer, por ejemplo-, no se deben utilizar terapias placebo.