La vivencia temprana de eventos negativos altera el sistema de alarma del cerebro y eso hace a las personas más resistentes mental y físicamente ante futuros estados de estrés, según detectaron investigadores de la Universidad de California, en Estados Unidos.
De acuerdo al estudio publicado en «Journal of Personality and Social Psychology», se puede ejercitar la resiliencia; es decir, la capacidad para afrontar situaciones dolorosas. En este sentido, el estrés también es positivo, ya que hace que nuestro organismo reaccione ante desafíos y nos impulse a lograr objetivos trazados.
Expertos señalan que muchas de las actividades que dan sentido a la vida son estresantes, claro que es un estrés positivo, llamado eustrés, lo que es muy distinto al estrés negativo, que pone más enferma a la gente: distrés.
Ante esta realidad, advierten que la clave está en adoptar la actitud correcta y procurar no autoestresarnos. Y para aquello se recomienda empezar con ejercicios prácticos como tomarnos unos minutos para respirar, dejar de ser tan perfeccionista y aprender a decir que no.