Aunque a veces andamos en las nubes cuando nos enamoramos, según una revista de ciencia rusa llamada, “Kot Shredingera”, nuestro cerebro experimenta cambios positivos.
En concreto lo que sucede es que crece la actividad en las zonas relacionadas con la excitación sexual y al mismo tiempo disminuye la actividad que provoca la ansiedad y el miedo. Además mejora la sociabilidad y pasa que, por ejemplo, tenemos mayos facilidad para reconocer rostros.
Todo esto coincide con que hay estudios que indican que durante el enamoramiento, aumenta la síntesis de neorotrofinas, encargadas de estimular las neouronas y la sinapsis (conexiones).
Resumiendo, cuando amamos, nos ponemos más inteligentes.