El «ronze» resulta de la combinación entre el pelirrojo con el castaño, logrando un color cobrizo brillante y luminoso.
Se trata de una alternativa ideal para revitalizar el cabello y cambiar de look, en una apuesta que favorece especialmente a las pieles claras, con ojos verdes, miel o avellana.
Para lograr el color, se trabaja con tinte en un proceso de coloración que se puede lograr de dos maneras: Cubriendo el cabello de forma global; o bien, en forma de mechas balayage.
De acuerdo a la base natural del cabello y el tono de la piel, el estilista buscará un tono «ronze» más intenso o más suave, pero siempre con el punto rojizo justo.
Para el caso de las morenas, por ejemplo, se recomienda aplicar un «ronze» fuerte con matices azulados. De esta forma, el color rojizo será el que se destaque, aunque respetando los matices del marrón más oscuro.
Por su parte, los expertos aconsejan utilizar un champú libre de sulfatos específico para el color y una vez por semana aplicar una mascarilla con pigmentos rojizos, para mantener el brillo.