Una inédita decisión fue la que tomó el rey Felipe de España. ¿Qué pasó? renunció a la herencia de su padre, el rey emérito Juan Carlos, a quien además despojó de su asignación anual.
¿La razón? Esta decisión, busca romper el vínculo de la casa real española con los negocios de Juan Carlos, investigados por supuestos manejos irregulares.
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Según los portales españoles, el rey emérito es cuestionado por un supuesto pago irregular de 111 millones de dólares, que fue realizado por la casa real de Arabia Saudita en 2008.
En el comunicado, Felipe es tajante al señalar que prescindirá de “cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”.
Por lo mismo, también se desvincula de cualquier relación con las fundaciones del rey emérito (Fundación Zagatka y Fundación Lucum).