Hoy domingo 18 de abril se estrenó la nueva temporada de Luis Miguel, la serie, serie que cuenta la vida del cantante mexicano, desde sus logros musicales hasta lo más duro de su vida personal.
Además, por ser el día de estreno, dos capítulos fueron lazados al mismo tiempo.
Según la reseña publicada por ADN, con el regreso de esta serie a Netflix surge una excusa para lanzarse a las redes sociales buscando explicaciones, opiniones.
Y vaya que se necesita decir cosas después de este doble debut, marcado por los hechos que se amarran y concluyen desde la última emisión en 2018.
Este nuevo ciclo está contado también en dos líneas temporales y con una marcada orientación hacia formas más estandarizadas de mostrar la historia, tomadas directo de los dramas y thrillers estadounidenses.
Porque, salvo un par de aislados momentos sensibles y altamente lacrimógenos, esa receta especial de Luis Miguel, La Serie que mezclaba los elementos de la ficción televisiva estadounidense con ingredientes del melodrama mexicano ya no es una prioridad.
Relevando formas más universales y tradicionales para dar cuenta de la oscuridad, la mala intención y la negatividad alrededor del astro y sus decisiones.
De esta forma se abandona la emoción, sobre todo en el primer capítulo, y se intercambia por intrigas de poder, dinero e inestabilidades familiares, que no dejan de ser entretenidas, pero carecen de particularidad en el amplio catálogo disponible de ficciones y plataformas.
Un gran peso sobre el actor
Ahora bien, como Luis Miguel no deja de ser ‘El Sol’, es en su figura donde va a descansar el interés y la curiosidad respecto a su devenir. Dándole un peso aún más grande a lo que Diego Boneta haga o deje de hacer en la pantalla, siendo joven en 1992 y adulto en 2005: en el peak de su fama y en el inicio de sus horas más oscuras.
Justamente en estas primeras entregas su desempeño es lo mejor que puede verse, destacando cada detalle minucioso desde lo kinésico, lo estético y lo emocional, en la medida de lo que el guión dispone.
¿Más cosas buenas? Un par de escenas del segundo episodio marcadas por la profundidad emocional y el ángel que aporta Hugo López (César Bordón) en cada aparición que tiene, y al final de ese mismo capítulo, una de las más épicas secuencias musicales de toda la serie, con una canción inolvidable del catálogo del intérprete mexicano. Lo más alto del arranque de la temporada, sin duda.
Poca relevancia de los personajes femeninos
Más abajo hay aspectos más tradicionales: Patricio Robles (Pablo Cruz Guerrero), un proyecto de malvado de dobles intenciones (con una bella pero típica secuencia kubrickana para mostrar su estructura y su mundo privado). Un intérprete simpático y amado por las redes pero con escasas herramientas actorales (Juan Pablo Zurita como Alex, el hermano de Luis Miguel); y un duopolio entre aparentemente buenos y aparentemente malos acompañando los años más maduros del protagonista.
Con la ausencia de Marcela como eje, Luis Miguel, la serie se transforma en un «club de Toby», con parejas como meras figurantes, y con urgencia en centralizar la energía femenina -siempre necesaria en toda ficción- en la figura que aparece cerrando el segundo capítulo.
Por lo pronto, continúa el gran teatro de la vida de Luis Miguel y nos encontraremos aquí cada domingo para repasarlo antes de su estreno a las 20:00 horas.
Reseña por: Rocío Novoa ADN Radio