Exfoliar el rostro una vez a la semana o, cada 15 días, te ayudará a mantener una piel joven, luminosa y libre de impurezas.
Más aún, si recurres a productos naturales, como a este truco elaborado a base de avena y bicarbonato de sodio.
Y es que, mientras el bicarbonato de sodio elimina las células muertas, la avena limpia la piel en profundidad, acabando con las impurezas y evitando la deshidratación.
Además, si combinas este exfoliante con el consumo de batidos que incluyan harina de avena, podrás aprovechar aún más las propiedades de este alimento.
Ingredientes
- 2 cucharadas de harina de avena
- Una cucharada de bicarbonato de sodio
- Un poco de agua
Preparación
- Introduce la harina de avena y el bicarbonato de sodio dentro de un recipiente.
- Añade unas gotas de agua a la mezcla y remuévela para formar una especie de pasta.
- Si te ha quedado demasiado sólida, puedes agregarle un poco más de agua.
- Si, por el contrario, te has pasado con el agua y has obtenido un compuesto excesivamente líquido, vierte algo más de harina de avena para solidificarlo.
- Una vez que hayas conseguido la textura deseada, extiende este exfoliante sobre el rostro limpio.
- Aplícalo realizando un suave masaje circular, desde la barbilla hasta la frente y evitando que penetre en los ojos y los labios.
- Pasados unos 2 minutos, retira el producto enjuagándolo con abundante agua tibia.
- Finalmente, sécate muy bien el rostro con una toalla limpia sin frotar, y aplica un tónico o una crema hidratante acorde a tu tipo de piel.