Esta semana se dio a conocer que Cristóbal, joven conocido como ‘Cisarro’ y ligado desde pequeño a la delincuencia, fue trasladado de urgencia desde prisión hasta el Hospital Sótero del Río ¿La razón? Otro interno lo apuñaló en el tórax resultando gravemente herido.
En ese contexto, una de las personas que conoce muy bien al joven entregó sus impresiones sobre lo que está ocurriendo con él. Se trata de Rodrigo Paz, psiquiatra del Hóspital Luis Calvo Mackenna quien por años trató a Cristóbal. Esto luego de que el Estado lo derivara a la institución a sus 11 años.
La defensa del psiquiatra de ‘Cisarro’
«Es bien triste esto. Muy indignante, pero sobre todo muy triste. Porque nosotros demostramos que podíamos sacar adelante a Cristóbal», partió declarando el especialista en conversación con «LUN».
“Él era un chiquillo dulce, cariñoso, que quería ser futbolista. Al frente de nosotros funcionaba la Casa Nacional del Niño (que acoge a niños vulnerados), con pequeños con problemas neurológicos muy graves, y ellos llegaban a golpear la puerta de la unidad para preguntar por Cristóbal. Querían jugar con él. Y Cristóbal tenía una cosa muy paternal con ellos ¡A sus 11 años!», recordó.
Además comentó que por otro lado, «era un niño que no quería dormir solo y tenía que dormir con un oso de peluche. Ese es el Cristóbal que conocí. Sin tratamiento médico, aparece el ‘Cisarro’: violento, impulsivo. Cuando se transforma en ‘Cisarro’, no mide nada, no hay riesgo, no hay consecuencias. Es pura agresión».
En ese línea, Rodrigo defendió al joven señalando en que nadie repara que cuando Cristóbal está en tratamiento no delinque. El último delito por el que el joven de 21 años terminó en prisión fue robo violencia. Antes de eso estuvo cuatro años sin delinquir.
«Detrás de estos Cisarros, hay niños, humanos que sí tienen sentimientos y la mayoría de ellos son rehabilitables», explicó.
Por último, el psiquiatra aprovechó de deslizar una crítica hacia el Estado, asegurando que Cristóbal sí puede rehabilitarse.»Para eso el Estado debería querer invertir en él. Medicarlo, terapiarlo, tratar a su familia. Y una vez que esté tratado, relocalizar a esa familia en un espacio donde puedan tener una vida sin tener que delinquir. Se los digo a todos: detrás de este Cisarro hay un niño, un joven, que se llama Cristóbal, que aún puede rehabilitarse. Quizás esta sea nuestra última oportunidad«, sentenció.