Aplicar una mascarilla casera de tomate y pepino en el rostro, una vez a la semana, te ayudará a mantener la piel más firme, tersa, suave y libre de arrugas.
Y es que el tomate es un fruto muy rico en licopeno, un tipo de antioxidante que combate los radicales libres que aceleran el envejecimiento, manteniendo el cutis joven por más tiempo. Asimismo, evita la aparición de flacidez, protege la piel de los efectos dañinos de los rayos UV y favorece la producción de colágeno.
El pepino, en tanto, al ser una hortaliza que contiene más de un 95% de agua, es perfecta para nutrir la piel, reducir el exceso de grasa y eliminar impurezas, como manchas, espinillas y puntos negros.
¡Descubre a continuación cómo preparar tu mascarilla!
Ingredientes
- Un tomate pequeño maduro
- 3 rodajas de pepino
- Un disco de algodón
Preparación
- Retira la piel del pepino y lávalo con agua para eliminar restos de residuos.
- Haz lo mismo con el tomate.
- Divide los dos ingredientes en varios trocitos y colócalos en el interior del vaso de la batidora.
- Bátelos durante unos segundos y, cuando se hayan transformado en zumo, aplica el jugo sobre la piel limpia y seca con la ayuda de un disco de algodón a través de suaves toques.
- Deja que esta mascarilla de tomate y pepino actúe durante unos 15 minutos.
- Pasado un cuarto de hora, retírala con agua fría o tibia, seca el rostro con una toalla suave y aplica tu crema hidratante de uso habitual.
- Si te sobra parte del compuesto, guárdalo en la nevera, ya que así se conservará alrededor de tres días en buen estado.