Uno de nuestros aliados cuando estamos a dieta son las frutas, ya que estas no nos engordarían. Sin embargo, el exceso de dulzor estaría generando que muchas personas dejen de consumirlas.
Pero esto dista mucho de la realidad según lo relatado por el entrenador Dario Santana al portal «Yo Donna» y es que las frutas aportarían mucho más que fructosa. El profesional cuenta que la liberación de la fructosa en sangre es más lenta al ir acompañada de fibra, algo que no ocurre cuando ingieres azúcar refinada, la cual acude directamente al torrente sanguíneo, generando picos de insulina.
Y son estos picos los que se encargan de que toda esa glucosa se almacene, en su mayor parte en forma de grasa. Es decir, a pesar de que ambos son azúcares, la manera en la que el cuerpo los asimila no es la misma. «Cuando se trata de comida real no tiene mucho sentido pensar si un plátano aporta más calorías que una manzana, ya que las 100 calorías de este ya son menos que las que puede aportar un yogur azucarado», sostiene.
Es más, gracias a su efecto saciante, comer una pieza de fruta te ayudará a reducir el hambre, mientras que los snacks industriales probablemente generen el efecto contrario. Siempre y cuando, advierte el entrenador, se tome entera, ya que en zumo pierden la fibra y gran parte de sus nutrientes.
Pero más allá de las calorías, la fruta ofrece un sinfín de vitaminas, minerales y antioxidantes que no sólo son necesarios para la salud, sino también para el aspecto físico. Aun así, es cierto que no se pueden confundir frutas con verduras. Mientras que las segundas se pueden (y deben) tomar en abundancia, aprovechando sus carbohidratos de absorción lenta, las primeras sí tienen que limitarse si necesitas adelgazar por su contenido en fructosa.
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No obstante, Santana defiende que si tomando fruta se ha ganado peso, probablemente sea por estar manteniendo una dieta hipercalórica: «Aunque creas que comes muy poco, si has ganado grasa corporal es porque existe un exceso energético continuado. Y las culpables no son las piezas de fruta que comes, sino el cómputo global al finalizar el día».